Amor a la camiseta

martes, noviembre 27, 2007

Aplausos!

Un clásico es un clásico, y cuando me preguntaron qué opinaba del resultado de las elecciones respondí: "Ganamos el clásico, las elecciones me daban lo mismo".

Y es que así vivo yo el fútbol, mi amor por mi equipo es mucho más grande que la simpatía o antipatía que pudiera sentir por cualquiera de los dos candidatos. Claro que voté, claro que estuve en las mesas de votación como miembro del Tribunal Supremo Electoral. Pero eso lo hice por ese gusanito que lleva uno dentro que se llama amor a la patria; no por la política.

Y bueno, poco a poco fui manejando el tema hasta llegar a donde quería: los clásicos y el "amor a la patria". El último juego de la triangular pre-preolímpica entre Guatemala y Costa Rica. Un clásico, eso es lo que se juega cuando estas dos selecciones se enfrentan a cualquier nivel.

Poco a poco he ido conociendo a algunos de los patojos que se encargaron de jugar con el alma y de luchar con todo por ganar ese partido. A un par (Jaime Vides, Marvin Ávila) ya les tengo especial cariño porque han tenido el honor y la valentía de defender la camiseta del más grande de Guatemala. A otro par (Marco Papa, Manuel León) les tengo muchísima fé para el futuro porque poco a poco he podido ver su calidad de juego. Y hay otro par (Jerez y Contreras) que no me los mastico, claro pero ahora están todo juntos en busca de un objetivo...

Los muchachos se encargan de meter con todo, de ir a todas, de pelear, de soñar, de buscar, de, de... Bueno se encargan de entusiasmar e ilusionar a la gente. Van tal vez 75 minutos de juego y Guatemala está arriba 2-1, sale Jairo Arreola por Marco Ciani. Como buen rojo recuerdo aquel gol que nos hizo el 29 de octubre del 2006, pero como buen chapín me pongo de pie a aplaudir al un jugador que corrió a todas las pelotas. Que con demostraciones de gran calidad técnica hizo lo posible por que se consiguiera ese gol que necesitabamos.

Sale Contreras que metió un golazo y que ha jugado tal vez el mejor partido de su vida (en serio, contra nosotros no ha mostrado mucho) y al igual que con Arreola lo aplaudo con todo, porque, porque, porque... porque así soy yo! Porque hoy que están de mi lado exijo lo mejor de ellos, y cuando lo dan viene ese premio. Ese que una vez se ganó el Pin de parte de aficionados de otros equipos, ese que hoy se están ganando esos tipos...
Y cuando los tenga de rivales? Los silbaré e insultaré con toda el alma con tal de sacarlos del partido...

domingo, mayo 27, 2007

Hemos perdido...

Quedaron las vitrinas llenas de adornos, las nucas llenas de medallas y el pecho inflado de orgullo. Quedaron cinco títulos que son la envidia de todos, pero hemos perdido el sexto, y además de esto, hemos perdido...
...el deseo y la ilusión que normalmente acompañan a los seguidores de un equipo campeón se han ido. Se han ido las colas para abarrotar el estadio, y las escoltas al bus del equipo. Se ha ido la humildad y la pobreza.
Espero que en agosto regresen...

domingo, enero 28, 2007

Recuerdos de un Pentacampeonato

Pentacampeón: una palabra que se dice fácil, pero cuesta hacer los meritos para merecerla... Sí señores, Municipal es pentacampeón y eso no se ganó el pasado 17 de diciembre, es una larga historia que algunos podrían remontarla a aquel 19 de diciembre de 2004 cuando se logró el histórico 9-2 sobre los crrrrrr, crrrrrr, crrrrrr (lo siento interpreten ustedes porque no puedo escribir esa palabra), y otros como yo la remontamos a dos derrotas consecutivas que tuvimos. La primera un dolorosísimo 6 de junio de 2004 con el gol de oro de Montepeque, y la otra en agosto del mismo año allá en el Pensativo contra la Antigua Guatemala. Municipal ha ganado cinco torneos en fila, y en la primera fecha del primero de éstos arrancamos perdiendo con Antigua (le importa a alguien?). Cinco títulos...

Uno: comenzamos el torneo con Almeyda y nos comenzamos a tambalear, vino el divorcio del técnico con la afición, jugaban Báez y Rodríguez y el equipo no iba a ninguna parte. La directiva tomó cartas en el asunto y vino Trossero. Perdimos el primer clásico bajo el mando del profe y me importó muy poco pues ya habíamos ganado la clasificación y jugamos ese partido de trámite un domingo de noviembre pensando en que el miércoles siguiente debíamos comenzar la cuadrangular final de UNCAF. Ya con ese tetra en la mano se vinieron los amargos a buscar un título. Qué hace un padre cuando el hijo se pone rebelde? Le dá una buena regañada y lo pone en su lugar. Sí, 9 a 2. Cinco gritos de gol en mi casa, cuatro en la general sur del Mateo y una invasión de cancha... Era mucho pedir...

Dos: se ganan cuatro clásicos, Jalapa nos saca de la copa, y jugamos la final contra Suchi. Golazo de Freddy en Mazate, y un día inspirado (y con un poco de suerte u olfato) del Pin y los venados se comen 4 en el Mateo... Si, celebré. Pero me faltaba algo, tal vez habría que mencionar que estábamos en medio de una eliminatoria mundialista que en ese momento significaba todo para mí.

Tres: los "galácticos", también llamados constelación de estrellas de la línea (sin ofender a las jugadoras de ese equipo), se comen cuatro en el juego de ida. Cuatro!!! El equipo que fue armado para frenar a la gran máquina roja se tragó cuatro!!! Siete clásicos ganados en fila. Viene el fin del sueño mundialista, y el día que tendríamos que haber jugado aca en el Mateo contra Bahrein cae el clásico de visita (miren como tiemblo). Terminamos con un amargo empate a 2, y como aquellos le empataron a papá hasta el óle nos cantaron. La prepotencia del presidente rival y sus secuaces le ponen pimienta al campeonato. Nos jalan la camiseta como pueden (eso es lo que se hace cuando alguien es netamente superior): suspenden a Ponciano por una jugada fortuita, el payaso de Cubero sale con sus declaraciones ridículas, la directiva le quita el apoyo a los jugadores, y el estadio resulta que ahora está butaqueado. Nos sacan un segundo empate (van mejorando los hijos) y se define todo en el Mateo. Chalo demuestra que su cabeza no solo es para pensar y saca una pelota en la línea, el tubo les dice que no a los rivales, entra Carucha y le baja una pelota al Pin en el minuto 78. Un grito de alegría, pero que además nos sacaba toda la bronca que nos traíamos dentro por todo lo que había pasado en el torneo. Cuando Aparicio le baja la segunda pelota a Plata ya es demasiado y ganamos el Tri. Luego los Thompson, Pezarossi, Pavón, Sanabria y algún otro dolido se van con las manos vacías y la agarran contra la prensa... Ya me imagino el escándalo que habría si el Pescado le pega a un periodista en Honduras, pero aca es Guate...

Cuatro: nosotros de primero y los rivales de noveno... Jalapa nos gana la copa con un juego amarguísimo en el trébol... Marquense pelea la punta hasta el final pero el Rojo es más fuerte. A Dávila le ponen solo 6 meses por la boldenona. Nace la Pandilla Roja y nos integramos a la Trinchera. Jugamos el clásico de visita y terminamos como de locales, saliendo tranquilos del estadio, el presidente rival se va cuando faltan 10 minutos, y terminamos cantando el óle pero porque GANAMOS. Se viene Marquense en la final. El Pando lo liquida allá en San Marcos y, en pleno mundial, los occidentales vienen a pararse con mucho caracter al Mateo. Leo Díaz se encarga de sacar todas menos una y el juego estaba jodido. Hasta que dos genialidades de Plata se encargaron de acabar con el juego y la serie. Podíamos decir esa palabrita que no nos atrevíamos a mencionar: Tetracampeón.


Cinco: torneo jodido. El más difícil de todos. Se suponía que ahora la ibamos a tener más difícil porque los criterios de desempate ahora no protegían mucho la posición en la tabla. Quién iba a decir que el torneo nos trataría tan mal. Autogoles, postes, malos arbitrajes. Perdimos un clásico!!! (en realidad fueron 2) Pero esto no se acaba hasta que se acaba decía Yogi Berra. Es por eso que We are the champions se canta hasta que ganaste el campeonato. Eso le quito toda la amargura a ese clásico, no cabe duda que el rival no sabe ganar... Asistencias bajas al estadio, bajo rendimiento del equipo, hasta alguien se atrevió a dudar de si calificaríamos o no. En el último juego de temporada contra Heredia recordé un anuncio del mundial que decía estamos juntos. Cuando nos quedamos cantandole al equipo, que había tenido un levantón inmenso para lograr colarse en tercer lugar a la postemporada, llegaron algunos jugadores a cantar con nosotros y a agradecer el apoyo. Se vino Zacapa y apenas le ganamos 2-0 la serie, uno allá y uno aca. Lo positivo fue que la gente volvió al estadio. La cosa se veía jodida porque se venía Xela. Pierde chivo pierde, pierde chivo pierde, que hoy te ganamos y en Xela también. Pues ganamos aca y perdimos allá, pero no importa, 3-1 la serie y a jugar la final con el acérrimo rival. Estadio lleno en el juego de ida con nosotros como locales y un 0-0 que no nos dejó satisfechos pero con mucha ilusión para el juego de vuelta. General norte copada por una banda de gente que no quiso perderse la oportunidad de ver a su equipo hacer historia. Con un empate con goles eramos campeones. Diez y media de la mañana y ya están las mantas colgadas. Sale Mota a las 11:15 a calentar y la gente enloquece, sale el equipo a las 11:55 y... bueno... sin palabras... 30 minutos del primer tiempo y Estrada nos da un balde de agua fría... Comenzaba a cocinarse el campeonato rival. Dicen que del plato a la boca se cae la sopa, pero hubo quienes se llevaron la cuchara a la boca sin siquiera darse cuenta si tenían seguro el plato. Solo necesitabamos un gol!!! 5 minutos del segundo tiempo, el Pando la roba, Julio hace un pase con la zurda de Chalo que calentaba, Mario se echa un pique de eso que solo él sabe hacer, le pega con el alma y la red se infla. No tengo palabras para describir esa emoción, solo recuerdo que abracé a cualquier persona que tenía cerca, al los Trincheros, al Pez, a mi hermano... Pero esto no se acaba hasta que se acaba. Faltaban 40 minutos más el descuento... Y cuando vas ganando esos minutos son eternos. Nos quedamos con 10, luego entra el Venado y por lo menos se encarga de que juguemos 10 contra 10. Había quienes en el minuto 45 ya mencionaban esa palabrita, pero yo dije, todavía falta... De ja vú, centro al área Mota sale de puños y la pelota pega en la cabeza de un rival: juro que sentí como el corazón se me partía en 1,000,000 de pedazos en medio segundo. La pelota va al poste y Ponciano milagrosamente la tira lejos. Qué pasó después? Tendría que ver el vídeo, solo recuerdo ver al árbitro pitar el final del juego y caigo al suelo en un abrazo grupal con la gente que llegó. Ahora sí, me sentía completo podía decir que soy un PENTACAMPEÓN.

viernes, septiembre 08, 2006

Los masoquistas

Son tres o cuatro tipos que llegaron al juego de la selección el miércoles pasado. No solo llegaron ese día, sino que llegaron hace un año contra EEUU y hace 2 años contra Costa Rica. Llegaron creyendo que la Selección ganaría, y además pensando que al final del proceso se llegaría al mundial.
Son cuatro o más tipos que piensan que con el hecho de que estén presentes en el mítico Mateo Flores, el equipo será capaz de ganar. Son tres o diez tipos que madrugan para comprar un boleto. Son unos cuantos idiotas que piensan que el desayuno de McDonald's será una cábala que ayudará a ganar el partido.
Los masoquistas somos una partida de idiotas que nos encontramos en el Mateo Flores cada vez que juega la selección, y que nos abrazamos con cada persona que nos encontramos cada vez que anotamos y nos decepcionamos cada vez que nos vacunan. Somos tres pendejos que llegamos a aplaudir al Pin, aunque ya no haya hecho nada, pero agradeciendo ese gol contra México, esos goles contra los ticos, y ese gol contra Brasil. Los masoquistas somos aquellos que seguimos llegando, lástima que ya no seamos tantos...

miércoles, agosto 16, 2006

Con la piel de gallina

Luego de la resaca del mundial, de un juego amistoso, y de tres fechas jugadas en el torneo local, vuelvo a publicar en el que es tal vez mi blog favorito.

Pues resulta que hoy en la mañana el entreno fue en la pista del Mateo Flores (para los que no lo saben, me estoy preparando para un maratón), pero no quiero hablar acerca del entreno pues tengo un blog para eso. La intención es otra.

Eran las 5:45 de la mañana cuando entro por la puerta que va directo a la pista. Todavía está oscuro pero puedo observar las nuevas butacas vacías y pasan mil cosas por mi mente. Comienzo a imaginar la sensación de ver ese estadio lleno preparándose para rugir en el momento en el que la Selección Nacional salte a la cancha. Doy unos pasos poco a poco dentro del área de vestidores, y pronto me encuentro en la gramilla de un estadio que todavía impresiona. Los graderíos ahora están llenos y el estadio está gritando ¡Gua-te-ma-la! ¡Gua-te-ma-la! ¡Si se pue-de! ¡Si se pue-de! avanzo hasta los carriles centrales de la pista ya con la piel erizada y sabiendo que con este desborde de pasión, con ese loco que está agarrado de la malla gritándole al portero rival, con esas mantas que vienen desde los lugares más alejados del país, con ese estadio que está lleno desde hace dos horas, es imposible... perder?

Perder tal vez si sea posible. Lo que es imposible es dejar de correr una pelota, es imposible dejar de barrerse exponiendo el físico con tal de evitar un gol, es imposible no entregar el alma en el juego. Eso es imposible. Suena un pitazo, no está empezando el juego, me está recordando que no soy futbolista y que tengo que comenzar a entrenar... en la pista...

sábado, julio 01, 2006

Lo que hacen los años

Tiempales que tengo de no escribir, y voy a comenzar con una de mis analogías: cuando estoy corriendo y ya llevo unos 17 Kilómetros recorridos, los que vienen ya no parecen tan duros, parecen ya tan vividos, tan sencillos... Por eso, cuando a uno le han roto el corazón tan feo y tantas veces, la siguiente vez que se lo quiebran éste es tan flexible y está tan preparado para recibir cuentazos que ya poco a poco no los siente.
Me lo rompió el gol de Montepeque en la final en el 2005, me lo rompió la selección de Suecia en el 2002, me lo rompió la pelota que Acevedo estrelló en el travesaño contra Monterrey.
Me lo rompió una derrota de México (¡Sí! Lloré una vez que perdió México), me lo ha roto unas cuantas veces (varias) la selección costarricense (la más dolorosa, aquella vez en Miami), y ayer...
...tal vez no, ayer tal vez simplemente se volvieron a separar los pedacitos que había juntado. Eso es, no se me rompió el corazón. Simplemente se separaron los pedazos que había logrado agrupar pero aún no había pegado... así creo que duele menos...
Para no meterme en tantos líos, la foto es tomada de http://www.ole.clarin.com